Ha llamado la atención de los científicos que han investigado estos casos los extraordinarios poderes que pueden desarrollar personas en estado de mediumnidad. Generalmente pertenecen al ámbito espiritista. En Brasil, en su momento fue muy conocido el llamado Zé Arigó, quien aseguraba que el espíritu de un médico alemán lo guiaba cuando estaba en trance. Hacía operaciones muy delicadas simplemente con un cuchillo, sin anestesia y sin ningún tipo de higiene como se acostumbra en cualquier quirófano. Los casos más notables eran las curaciones de cataratas donde este médium tomaba un simple cuchillo de mesa y sin ningún cuidado lo metía en el ojo del paciente. En menos de unos segundos el ojo quedaba totalmente limpio de cataratas (foto). Esto de la rapidez con que actúan estos médiums se ha visto también en los que dibujan, pintan o hacen algunas otras proezas en ese estado de trance, estado este que ellos llaman de mediumnidad porque están convencidos de que son mediadores entre el paciente y un espíritu que los guía desde el más allá.
Otro caso notable, fue investigado por el ing. Livio Vinardi, fundador de la disciplina científica denominada psicobioenergética, quien presenció una operación de ese tipo efectuado por india mexicana conocida como Pachita. En el caso que el presenció lo primero que llama la atención es que el único requisito que se les exigía los pacientes era que viniesen con un huevo, algo incomprensible y sobre lo que nadie explicó el por qué.
El paciente al cual nos referimos era una mujer que tenía una infección en la cadera en el lad
o izquierdo justo en la cabeza del fémur. En estado de trance, al igual que Zé Arigó, sin ningún tipo de higiene, sin usar alcohol, sin desinfectar, tomó un simple cuchillo y le hizo un tajo bastante grande sin anestesiar a la paciente. Esta parecía aparentemente no sentir nada, mientras le habrían una herida desde la cintura hasta medio muslo. Pachita le sacó el fémur afuera y le abrió la punta. De un plato que ya tenía preparado, extrajo con una cuchara médula humana que al parecer se la habían traído de alguien muerto recientemente. Le rellenó el hueso, se lo tapó, lo metió otra vez dentro del muslo, para luego vendarla con una tela de lino crudo. La paciente estuvo todo el tiempo muy tranquila sin exhalar ni un quejido como si no hubiera sentido nada. Aparentemente el estado de trance de la médium debió provocar una especie de anestesia en la paciente. Terminada la operación se fue a su casa caminando y tres días después, cuando se saco el vendaje, fue asombroso observar que además de estar curada la herida no había ni rastro de una cicatriz. Es como si la pierna hubiese permanecido siempre en estado normal sin haber sufrido jamás el menor rasguño. Por supuesto que esto deja perpleja a toda persona racionalista, dado que el hecho sobrepasa todo parámetro de la razón y del sentido común.
Pachita no es un caso aislado. Existen y han existido otros operadores psíquicos en distintos lugares del mundo, como por ejemplo, en el Brasil y las Filipinas. Casos sobre los que volveremos. Estas operaciones por si mismas forman un cuerpo de evidencia por la calidad de los testigos, entre ellos médicos que llevaron a sus propios pacientes y pudieron observar proezas que ellos no podían hacer en el quirófano.
Lo que en general no está en discusión son las operaciones pero si la posibilidad de que sean los espíritus quienes las dirigen. En algunos casos se argumenta que es un poder del inconsciente, sin que se pueda explicar como actúa. También hay que señalar que la palabra inconsciente no es muy adecuada y es un rótulo ambiguo que se usa sin estar muy claro a que se lo aplica.
En cuanto a la gran velocidad con que realizan las operaciones estos médiums la única referencia que existe es la que ha dado el maestro Gurdieff y que se puede leer en el libro “Fragmentos de una enseñanza desconocida” de Ouspensky, uno de sus discípulos. Ahí dice que el centro o mente vegetativa funciona treinta mil veces más rápido que el centro o mente intelectual. El médium en estado de trance, según esta afirmación, operaría sin la intervención del centro intelectual y con la dirección de un ente que a falta de algo mejor llamaremos el inconsciente... (?)
Otro caso notable, fue investigado por el ing. Livio Vinardi, fundador de la disciplina científica denominada psicobioenergética, quien presenció una operación de ese tipo efectuado por india mexicana conocida como Pachita. En el caso que el presenció lo primero que llama la atención es que el único requisito que se les exigía los pacientes era que viniesen con un huevo, algo incomprensible y sobre lo que nadie explicó el por qué.
El paciente al cual nos referimos era una mujer que tenía una infección en la cadera en el lad
o izquierdo justo en la cabeza del fémur. En estado de trance, al igual que Zé Arigó, sin ningún tipo de higiene, sin usar alcohol, sin desinfectar, tomó un simple cuchillo y le hizo un tajo bastante grande sin anestesiar a la paciente. Esta parecía aparentemente no sentir nada, mientras le habrían una herida desde la cintura hasta medio muslo. Pachita le sacó el fémur afuera y le abrió la punta. De un plato que ya tenía preparado, extrajo con una cuchara médula humana que al parecer se la habían traído de alguien muerto recientemente. Le rellenó el hueso, se lo tapó, lo metió otra vez dentro del muslo, para luego vendarla con una tela de lino crudo. La paciente estuvo todo el tiempo muy tranquila sin exhalar ni un quejido como si no hubiera sentido nada. Aparentemente el estado de trance de la médium debió provocar una especie de anestesia en la paciente. Terminada la operación se fue a su casa caminando y tres días después, cuando se saco el vendaje, fue asombroso observar que además de estar curada la herida no había ni rastro de una cicatriz. Es como si la pierna hubiese permanecido siempre en estado normal sin haber sufrido jamás el menor rasguño. Por supuesto que esto deja perpleja a toda persona racionalista, dado que el hecho sobrepasa todo parámetro de la razón y del sentido común.Pachita no es un caso aislado. Existen y han existido otros operadores psíquicos en distintos lugares del mundo, como por ejemplo, en el Brasil y las Filipinas. Casos sobre los que volveremos. Estas operaciones por si mismas forman un cuerpo de evidencia por la calidad de los testigos, entre ellos médicos que llevaron a sus propios pacientes y pudieron observar proezas que ellos no podían hacer en el quirófano.
Lo que en general no está en discusión son las operaciones pero si la posibilidad de que sean los espíritus quienes las dirigen. En algunos casos se argumenta que es un poder del inconsciente, sin que se pueda explicar como actúa. También hay que señalar que la palabra inconsciente no es muy adecuada y es un rótulo ambiguo que se usa sin estar muy claro a que se lo aplica.
En cuanto a la gran velocidad con que realizan las operaciones estos médiums la única referencia que existe es la que ha dado el maestro Gurdieff y que se puede leer en el libro “Fragmentos de una enseñanza desconocida” de Ouspensky, uno de sus discípulos. Ahí dice que el centro o mente vegetativa funciona treinta mil veces más rápido que el centro o mente intelectual. El médium en estado de trance, según esta afirmación, operaría sin la intervención del centro intelectual y con la dirección de un ente que a falta de algo mejor llamaremos el inconsciente... (?)
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